Alimentación

Alimentación

Aunado a los tratamientos y supervisiones médicas, la alimentación y la actividad física son dos factores fundamentales para mejorar tu calidad de vida.

El sobrepeso y la obesidad complican tanto la cirugía como los tratamientos, debido a que las dosis de quimioterapia se calculan en base al peso: A mayor peso, mayor quimio y por lo tanto aumenta la probabilidad de que los efectos negativos de la quimioterapia estén más presentes como la náusea, el vómito, la intolerancia a los olores, diarrea o estreñimiento.

Es importante que apoyes tu tratamiento con la orientación de un nutriólogo.

Recomendaciones:

Cuando un hombre es diagnosticado con cáncer de próstata y padece de sobrepeso u obesidad, es muy importante que modifique sus hábitos alimenticios para que alcance un peso saludable lo antes posible.

La dieta es absolutamente personal, de ahí la necesidad de visitar a un nutriólogo que determine cuál es el régimen alimenticio específico, de acuerdo a sus peculiaridades.

Sin embargo, en términos generales se recomienda tomar tres tazas de verdura como mínimo al día, porque mejora mucho el aporte de fibra, vitaminas y minerales; dos ó tres porciones de fruta al día y dos litros de agua.

Mientras el paciente está en tratamiento es recomendable que coma entre cinco y seis veces al día de acuerdo a su sintomatología y la tolerancia de su aparato digestivo. Es preferible hacer varias comidas al día en las que se repartan todos los nutrientes que comer mucho en un solo momento.

La reacción de cada paciente irá determinando el tipo de alimentación que llevará, Hay pacientes a quienes la quimioterapia no les provoca ni nausea, ni vómito, ni diarrea y otros presentan todas. Otros sufren anorexia: con tan solo pensar en comida u olerla les da asco y pierden el apetito. En todos los casos es muy importante mantener su sistema inmune fortalecido por que la quimioterapia lo ataca al reducir o eliminar las células cancerígenas que se reproducen rápidamente.

También es muy común la distorsión del sentido del gusto, esa sensación afecta mucho la alimentación del paciente, a veces se presenta sólo por unos días y otras por semanas enteras, es por ello por lo que a veces hay cambio de peso.  Los síntomas van a determinar el tipo de dieta, si tiene náusea preferirá alimentos salados y fríos, si por el contrario tiene diarrea, le caerá mejor el pan tostado, agua de arroz y la avena.  Si hay estreñimiento aumentar el consumo de líquidos, papaya, ciruela. En este caso es muy importante reportar al médico si el paciente no defeca por más de tres días ya que requerirá de un apoyo farmacológico.

Otra reacción común es la intolerancia a los aromas, en este caso se recomienda evitar la presencia del paciente mientras se preparan los alimentos y si esto resulta imposible, entonces ventilar el área mientras se cocina, para impedir que perciba los aromas y por consecuencia vomite.

Cuando un paciente tiene mucha nausea y vómito la prioridad es que se mantenga hidratado. También es primordial que la familia respete las sensaciones del paciente: “A veces en su afán por mantenerlo fuerte lo presionan de más y lo obligan a comer, en ocasiones comer una cucharada más los hace vomitar y pasarse muy mal el resto del día. Hay que aprender a dejar pasar los días malos y aprovechar los días buenos, entender que el paciente no deja de comer por gusto sino por la forma en la que reacciona su organismo.”

En general los pacientes con quimioterapia tienen la libertad de consumir todos los alimentos que toleren, salvo aquellos que son muy ácidos como la toronja debido a que tiene una hormona que inhibe la eliminación de la toxicidad de la quimioterapia.

Evita la automedicación
Norma Ortiz aconseja evitar la automedicación: “Es muy común que los pacientes en las salas de radioterapia y quimioterapia se recomienden desde té de guanábana hasta cúrcuma pasando por jugos e incluso pastillas que comienzan a tomar sin reportarlo a los médicos. Es muy importante no tomar cosas solo porque otra persona se los sugiere, aunque sea aparentemente solo para subir las defensas.  A veces se angustian mucho porque los doctores les dicen que si bajan las defensas no pueden aplicarles la quimioterapia y esto es cierto, podría ser mayor el daño que el beneficio que podrían recibir en ese caso. Sin embargo, es importante evitar consumir cosas de dudosa procedencia o poco estudiadas sin el aval del especialista que los está tratando.”

La radioterapia limita a los pacientes a una dieta bastante estricta debido a los trastornos que pueden tener porque se irradia pelvis y el sistema digestivo se vuelve un caos. Es una dieta monótona con poca variedad de alimentos, pero es muy necesaria para evitar complicaciones. Un paciente puede quedar tan sensible que incluso se puede perforar su intestino y vienen complicaciones severas que ponen en riesgo la vida del paciente.

Deben tomar dietas con bajo residuos es decir poca fibra y de muy fácil digestión: frutas cocidas como pera, manzana y guayaba sin semilla o crudas como papaya y uvas; las verduras van a depender de la tolerancia, pero las estelares son chayote, zanahoria y calabaza sin semillas; proteínas con poca grasa como el pollo y pescado. La carne de res dependerá de la resistencia del paciente.

Los alimentos que evitar son los lácteos y las leguminosas, porque la leche durante el proceso digestivo provoca gases y aumenta el bolo fecal y lo que queremos es que el sistema digestivo se la lleve muy tranquilo.

Dieta después del tratamiento
Si un paciente pasó por radioterapia, la dieta baja en residuos se va modificando poco a poco con el paso del tiempo y esto puede llevar de meses a más de un año. Después de tres meses se van incorporando otras frutas o verduras, pero se irán probando de acuerdo con el ensayo y error.